¡Cerramos un año pleno, hermoso y lleno de nuevas experiencias! No obstante, también enfrentamos retos inesperados que transformaron nuestra perspectiva. Este año, decidí abandonar la rutina que me envolvía y me sumergí en un proceso de redescubrimiento personal. Después de postergar por tres años un plan que la pandemia congeló, finalmente decidí salir de mi zona de confort.
Al dejar atrás la seguridad que muchos anhelan, me encontré con la maravilla de despertar cada mañana sin la presión de correos, mensajes laborales o fechas límite. Tomé un “break” que se convirtió en ocho meses de explorar mi vida en los 30. ¿Si no era ahora, cuándo sería? Esa pregunta resonaba en mi mente mientras me aventuraba hacia lo desconocido.
La sorpresa fue mi mejor maestra. Aprendí lecciones valiosas que nunca habría descubierto en mi antigua zona de confort. ¿Somos realmente libres? ¿Qué es la libertad? Aún no lo sé completamente, pero estoy decidida a no regresar a la rutina que dejé atrás. Quiero seguir levantándome cada mañana con la calma y tranquilidad que he experimentado estos meses, a pesar de los sacrificios económicos, físicos y mentales que tenga que invertir para lograrlo.
En este viaje, recordé una frase que había leído: “No esperes a que alguien más te salve; sé la heroína de tu propia historia”. Decidí ser valiente y enfrentar las dudas que me detenían, renunciando a la espera de que alguien más resolviera mi vida. ¿Por qué no ser yo misma quien tome las riendas?
La clave está en enamorarnos de nuestra esencia única e irrepetible. En el camino, otros podrán compartirán nuestra forma de ser y ver la vida, pero mi enfoque ahora es re-enamorarme de mí misma y de las cualidades que sé que poseo pero que había olvidado. Estos últimos días del año me han brindado la oportunidad de retomar esas cualidades y apreciar la versión más auténtica de mí misma.
En este ciclo que llega a su fin, quiero inspirar a todos a convertirse en protagonistas de sus propias historias. No esperemos a que alguien más nos guíe; seamos valientes, enfrentemos las dudas y enamorémonos de la maravillosa esencia que cada uno lleva consigo. En el camino, compartamos nuestras experiencias y creemos juntos un espacio de positividad y crecimiento. ¿Cuál ha sido tu experiencia este año? ¡Comparte tus ideas y reflexiones! Estamos aquí para apoyarnos mutuamente en este viaje llamado vida.